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Felipe Navarro y Ceballos-Escalera
Spanish military personnel (1862-1936)

Felipe Navarro y Ceballos-Escalera

The basics

Quick Facts

Intro
Spanish military personnel (1862-1936)
From
Work field
Gender
Male
Birth
21 July 1862, Madrid, Community of Madrid, Spain
Death
7 November 1936, Paracuellos de Jarama, Community of Madrid, Spain (aged 74 years)
Age
74 years
Felipe Navarro y Ceballos-Escalera
The details (from wikipedia)

Biography

Felipe Navarro y Ceballos-Escalera, barón de Casa Davalillo, (Madrid, 21 de julio de 1862 - Paracuellos de Jarama, Madrid, 7 de noviembre de 1936) fue un militar español del Arma de Caballería que alcanzó el empleo de capitán general, participando en las guerras de Cuba, Filipinas y Marruecos. Murió asesinado por las milicias del Frente Popular en las matanzas de Paracuellos de 1936.

Ascendencia

Su padre fue Carlos Navarro y Padilla y su madre Francisca Ceballos-Escalera y de la Pezuela, hermana de Joaquín Ceballos-Escalera y de la Pezuela, marqués de Miranda de Ebro y General de Artillería.

Comienzo de su carrera militar

El 1 de septiembre de 1877, con quince años de edad, ingresó como alumno en la Academia de Caballería de Valladolid, egresando de la misma y siendo promovido al empleo de alférez en julio de 1880, por haber terminado con aprovechamiento sus estudios. Tenía dieciocho años y era el número 1 de su promoción, condición que conservó durante toda su carrera. Su primer destino fue el Regimiento de Caballería de Pavía, en el que sirvió hasta que en agosto de 1882 fue nombrado ayudante de campo del ministro de la Guerra, el general Martínez-Campos. Cuando en octubre de 1883 Martínez-Campos dejó el Ministerio de la Guerra y pasó a ser capitán general de Ejército, se llevó consigo a Navarro, primero destinado a sus órdenes directas y luego nombrándole su ayudante de campo en febrero de 1885.

El 26 de junio de 1886 se casó en la La Nou de Gaya, Tarragona, con María Cristina Morenés y García Alessón, baronesa de Casa Davalillo, nacida en Madrid el 20 de octubre de 1862. Era hija de Carlos Morenés y Tord, barón de Cuatro Torres y gentilhombre de cámara, y de María Fernanda García Alessón y Pardo, condesa del Asalto y baronesa de Casa Davalillo.

En junio de 1888 quedó de reemplazo (sin plaza efectiva pero con opción a a ella en las vacantes que ocurran, lo que después se llamó "disponible" y hoy "pendiente de asignación de destino"), en septiembre se le destinó al Regimiento de Caballería de la Reina y cuando en noviembre ascendió a teniente (con veintiséis años), continuó en la misma unidad. En diciembre de 1890 pasó de nuevo al Regimiento de Pavía, ejerciendo posteriormente el cargo de ayudante de campo de los generales de División Federico Ochando Chumillas y Bernardo Echaluce Jáuregui.

En diciembre de 1892 volvió a destinársele al Regimiento de la Reina, al que siguió perteneciendo aún cuando en septiembre de 1893 fue nombrado alumno de la Escuela Superior de Guerra para diplomarse en Estado Mayor.

Guerra de Margallo

Pero dos meses después de iniciar sus estudios los interrumpió, al producirse en Melilla las derrotas españolas con las que comenzó la que se conocería como Guerra de Margallo o Primera Guerra del Rif, presentándose voluntario al Ejército de Operaciones de África cuyo mando se entregó a Martínez-Campos, de quien de nuevo fue nombrado ayudante de campo en noviembre de 1893.

Participó en las operaciones hasta la finalización de la campaña en marzo de 1894, por las que fue recompensado con una Cruz del Mérito Militar con distintivo Blanco de 1.ª Clase. A finales de ese mes se reincorporó a la Escuela Superior de Guerra, pasando poco después a pertenecer al Regimiento de Caballería de Santiago.

Guerra de Cuba

En abril de 1895, al iniciarse la guerra de independencia cubana o guerra del 95, interrumpió de nuevo sus estudios para incorporarse voluntariamente al Ejército de la Isla de Cuba como ayudante de campo de su general en jefe, de nuevo Martínez-Campos. Emprendió a su llegada operaciones de campaña contra los insurrectos separatistas, condecorándosele con la Cruz al Mérito Militar con distintivo Rojo de 1.ª Clase por su actuación en las operaciones sobre Mayari Arriba y por su comportamiento en el combate del 3 de junio librado en Seboruco. El 7 de enero de 1896 participó en el combate sostenido en el ingenio de San Dimas y se le concedió por el mérito que entonces contrajo la Cruz de María Cristina (tercera recompensa al valor, antecesora de la Medalla Militar) de 1.ª Clase.

Ese mismo mes Martínez-Campos fue relevado por el general Valeriano Weyler como gobernador de Cuba, así que Navarro también regresó a la península a finales del mismo. Fue nombrado ayudante de campo de su tío, el general de División Joaquín Ceballos-Escalera y de la Pezuela, prosiguiendo sus estudios en la Escuela Superior de Guerra. En marzo de 1896 ascendió a capitán (con treinta y tres años) y en septiembre concluyó por fin su accidentado curso de Estado Mayor. Al mes siguiente, y con el fin de realizar las prácticas reglamentarias del Cuerpo de Estado Mayor, se le destinó al IV Cuerpo de Ejército a la vez que se le nombraba, por quinta y última vez, ayudante de campo de Martínez-Campos, que moriría en 1900.

Guerra de Filipinas

En enero de 1897 embarcó voluntario para Filipinas, donde la sublevación había estallado unos meses antes, para continuar allí las expresadas prácticas. Durante su estancia en las islas se distinguió en diversos hechos de armas y fue condecorado por ello: cruz al Mérito Militar con distintivo Rojo de 1.ª Clase pensionada por los combates del 3 y 4 de mayo en el barranco Limbong y en el pueblo de Indang; ascenso a comandante por méritos de guerra (segunda recompensa al valor después de la Cruz Laureada de San Fernando) por la toma de Maragondón el 11 de mayo (con treinta y cuatro años, habiendo estado pues de capitán apenas un año); Cruz al Mérito Militar con distintivo Rojo de 2.ª Clase pensionada por la acción sostenida el 30 de mayo en Talisay, en la que resultó herido; y Cruz de María Cristina de 2.ª Clase por el combate reñido en Minuján el 9 de diciembre.

Aunque el 23 de diciembre el general Fernando Primo de Rivera y Sobremonte y los rebeldes firmaron el Pacto de Biak-na-Bato que puso fin a las hostilidades, Navarro permaneció aún hasta marzo de 1898, en comisiones de servicio, cooperando en la sumisión y entrega de armas de diversas partidas rebeldes. Por ello fue recompensado con una Mención Honorífica.

A su regreso a la metrópoli recibió por fin el diploma de Estado Mayor, quedando de reemplazo hasta que en mayo fue destinado al Regimiento de Caballería de Reserva de Madrid nº 39 y en septiembre al Regimiento de Cazadores de Lusitania. Allí permaneció hasta diciembre de 1902, en que pasó a la Escuela Militar de Equitación como profesor y jefe del Detall (Departamento Estadístico de Trámite Administrativo de Libros y Listados, lo que viene a ser nuestra actual Sección de Personal o S-1). El 4 de octubre de 1905 fue nombrado por el rey Alfonso XIII gentilhombre de cámara con ejercicio. En enero de 1906 volvió al que fue su primer destino, el Regimiento de Pavía, y ese mismo año, durante las fiestas organizadas en la Corte con ocasión de la boda de Alfonso XIII, se le comisionó a las inmediatas órdenes de los príncipes Genaro, Raniero y Felipe de Borbón-Dos Sicilias (hijos de Alfonso de Borbón-Dos Sicilias y Austria, pretendiente al trono del Reino de las Dos Sicilias y cabeza de su Casa Real).

El 23 de octubre de 1907 se le confió el cargo de ayudante de órdenes del Rey y, como tal, en 1908 fue comisionado a las inmediatas órdenes del gran duque Boris de Rusia (nieto del Zar Alejandro II y primo hermano del Zar Nicolás II) durante su permanencia en España. En julio de ese año ascendió a teniente coronel con 45-46 años, continuando en el cometido de ayudante de órdenes del rey, y en noviembre se le comisionó a Córdoba y Madrid a las inmediatas órdenes del príncipe heredero Ruperto de Baviera.

Guerra de Melilla

El 21 de noviembre de 1909, tras los graves sucesos que dieron lugar a la Guerra de Melilla, se le agregó al Cuartel General del Comandante en Jefe de las Fuerzas del Ejército de Operaciones en Melilla, prestando servicios de campaña y asistiendo el día 26 a la toma de Sebt, Eulad-Daud y Atlaten. El 30 de diciembre, terminadas las hostilidades, regresó a la península.

Acompañó a la familia real en diversas ocasiones, durante los viajes que efectuaron a diversos puntos de la Península y a Francia. En agosto de 1913 ascendió a Coronel (con 51 años), siguiendo en el cargo de ayudante de órdenes del rey.

Guerra de Marruecos

En la Caballería de Larache

Asistió en 1914 a varias operaciones en el territorio de Larache, contrayendo méritos por los cuales fue recompensado con la Cruz del Mérito Militar con distintivo Rojo de 3.ª Clase. En mayo de 1914 fue nombrado jefe de las Fuerzas de Caballería de la Comandancia General de Larache, constituidas en una Agrupación para los efectos del mando y servicio, saliendo de nuevo a campaña. Por su notable participación en diversos combates recibió varias recompensas: Cruz al Mérito Militar con distintivo Rojo de 3.ª Clase por los combates del 2 de agosto que se libraron en Sidi-bu-Haya y Hayera Tuila; y Cruz de María Cristina de 2.ª Clase por el combate de R´gaia del 18 de noviembre. Al cargo que venía desempeñando de jefe de las Fuerzas de Caballería de la Comandancia General de Larache, en mayo de 1915 se le sumó el de subinspector de las tropas de la citada Comandancia, prestando meritorios y distinguidos servicios en ambos cometidos.

Promovido a general de Brigada en octubre de 1916 (con 54 años), permaneció en situación de cuartel (similar a la de reemplazo explicada antes) hasta que un año después, el 17 de octubre de 1917, se le confió la 3.ª Brigada de Caballería, la cual mandó hasta el 31 de agosto de 1918 en que, designado jefe de Sección del Ministerio de la Guerra, se hizo cargo de la Cría Caballar y Remonta. En dicho cometido y en comisión de servicio, revistó en septiembre el 3.er Establecimiento de Remonta en Écija, Sevilla; en diciembre el 5º Depósito de Caballos Sementales de Zaragoza y en mayo de 1919 los Depósitos de Caballos Sementales y Establecimientos de Remonta de Jaén, Córdoba, Sevilla y Cádiz, presenciando a la vez la entrega de los potros a los Cuerpos de Caballería. Mientras tanto, ese mismo año fue nombrado caballero Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo con antigüedad del año anterior.

En la Comandancia General de Ceuta

En julio de 1919 su viejo conocido de las campañas de Cuba y Larache, el general de División de Caballería Manuel Fernández Silvestre, fue nombrado comandante general de Ceuta. Estando vacante el puesto de segundo jefe, Navarro lo reclamó y al mes siguiente, el 25 de agosto, se le concedió. Como segundo jefe de la Comandancia General de Ceuta, inspeccionó las posiciones del territorio y asistió a las operaciones de campaña desarrolladas en el mismo, dirigiendo varias de ellas. Del 11 al 23 de febrero de 1920 asumió el mando accidental de dicha Comandancia.

En la Comandancia General de Melilla

En febrero de 1920 Silvestre pasó a ser comandante general de Melilla. Cuando quedó vacante el puesto de segundo jefe, Navarro lo solicitó y se le concedió el 5 de noviembre. Este cargo de segundo jefe de la Comandancia General de Melilla llevaba consigo el de presidente de la Junta de Arbitrios de la ciudad, lo que significaba a efectos prácticos que era el alcalde de Melilla.Esta función le consumía gran parte de su tiempo, en una época en la que la ciudad iba creciendo a ritmo acelerado. Aunque Navarro participó en todas las acciones militares de importancia, el general Silvestre no le hacía partícipe de la información ni del curso de los acontecimientos político-militares.

Desde el primer día se dedicó a recorrer el territorio y visitar las posiciones ocupadas, asistiendo a cuantas operaciones se desarrollaron, algunas de las cuales dirigió personalmente. El 6 de abril de 1921 se le concedió la Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo Rojo "en atención a las circunstancias que concurren en [él], y muy especialmente a los servicios de campaña prestados y méritos contraídos en nuestra Zona de Protectorado en África durante un período de operaciones mayor de seis meses, en virtud de propuesta del Alto Comisario de España en Marruecos y de acuerdo con el Consejo de Ministros".

Desde el 21 de abril al 4 de mayo estuvo encargado interinamente del mando de la Comandancia.

El Desastre de Annual

Navarro ha pasado a la posteridad por su actuación en el llamado desastre de Annual, en julio y agosto de 1921, frente a las fuerzas de Abd el-Krim. El mismo día en que se iniciaba este desastre, el 22 de julio, Silvestre moría tras ordenar la evacuación de la base avanzada de Annual. Navarro asumió entonces el mando y dirigió la retirada de las desmoralizadas fuerzas españolas, intentando organizarlas y recuperar por el camino a las máximas guarniciones posibles. Retrocedió combatiendo durante seis agotadores días, deteniéndose en Ben Tieb, Dar-Drius, El Batel y Tistutin hasta llegar el día 29 a Monte Arruit. Al estar ocupado por el enemigo todo el terreno entre esta posición y Melilla, la única forma de continuar la retirada era abandonando a los heridos. Navarro se negó a ello y decidió aguantar la posición hasta la llegada de refuerzos, lo que supuso la salvación de Melilla pues las cabilas rebeldes se centraron en acabar con este foco de resistencia en vez de proceder contra la indefensa ciudad.

Navarro resistió con firmeza los ataques rifeños, organizando la posición y dando las órdenes oportunas, pero también prodigándose en los parapetos y animando a sus hombres en las alambradas. Sin embargo, la situación en Monte Arruit era tan dantesca que el alto comisario de España en Marruecos, general Dámaso Berenguer Fusté, sabiendo imposibles los refuerzos le autorizó a iniciar conversaciones con el enemigo para rendir la plaza. Inicialmente Navarro se negó a ello, pero al cabo de 11 días se habían agotado los víveres y el agua (sólo tenían los bloques de hielo que dos aviones dejaban caer sobre la posición, cuando acertaban), escaseaban las municiones, aumentaba el cañoneo enemigo ante cuyos estragos no podían defenderse ni responder (Navarro mismo resultó herido grave por metralla), el calor y la sed eran inaguantables y se multiplicaban los muertos y las deserciones. Al agotamiento físico había que sumar la desmoralización de la tropa, en algunos momentos al borde de la insurrección.

Finalmente el 9 de agosto, tras consultar con los oficiales y obtener el voto favorable de todos ellos, Navarro rindió la posición en condiciones favorables: se pactó con los rifeños la entrega de las armas a cambio de respetar la vida de los soldados. Una vez aceptadas las condiciones por los hombres de Abd el-Krim, los españoles salieron de la posición y amontonaron sus armas. Los heridos y enfermos comenzaron a alinearse en la puerta del fuerte, preparándose para la evacuación. Pero cuando se dio la orden de partir, los rifeños atacaron a los indefensos españoles, degollando a casi todos. Sobrevivieron 60 hombres de los 3.000 sitiados. Se respetó la vida de algunos oficiales (entre ellos Navarro) con el fin de presionar a España y canjearlos por dinero, algunos artilleros o sanitarios de los que precisaban colaboración y, en fin, algunos soldados afortunados. Los cadáveres quedaron insepultos hasta la reconquista de la posición varios meses después.

Izquierda a derecha, Coronel Araujo, General Navarro, Tte. Coronel Manuel López Gómez, Tte. Coronel Eduardo Pérez Ortiz y Comandante de Caballería José Gómez Zaragoza, embarcados de vuelta a Melilla tras poner fin a su cautiverio.

Navarro permaneció año y medio prisionero de los rifeños en Axdir, capital de la cabila de Abd el-Krim (la Beni Urriaguel) y por tanto capital también de la República del Rif. Durante su cautiverio sufrió numerosas vejaciones por parte de sus captores, llegando a pasar encadenado largos períodos de tiempo, pero se portó muy dignamente en todo momento, exponiendo su vida muchas veces con reclamaciones en defensa de sus hombres. Su actitud fue reconocida por sus subordinados presos como él. El 29 de diciembre de 1922 fue declarado baja eventual para el servicio, pasando a situación equiparada a la de disponible, como prisionero de guerra en poder del enemigo. Fue liberado por fin el 27 de enero de 1923 y trasladado a Melilla, de donde pasó a Madrid. La grave crisis política creada tras el desastre llevó, en septiembre de ese año, a la instauración de la Dictadura de Primo de Rivera.

Tras su liberación fue sometido a un Consejo de Guerra a raíz del Expediente Picasso de depuración de responsabilidades, enfrentándose a graves acusaciones por parte del fiscal. No obstante, la defensa que hizo el Auditor del Cuerpo Jurídico Militar Luis Rodríguez de Viguri fue tan aplastante que el fiscal retiró los cargos al día siguiente de la vista, que se celebró el 23 de junio de 1924.

Rehabilitado por completo, al mes siguiente (4 de julio) fue ascendido a general de División (con 61 años) sin ocasión de vacante, es decir, produciendo un exceso de plantilla que se consideró justo desagravio, y ese mismo día se le encomendó el mando de la 9.ª División. Un mes después, el 9 de agosto, fue nombrado general inspector de las Fuerzas de Caballería de la Península, trasladándose a Extremadura durante el mes de septiembre para reconocer la zona en que debían desarrollarse las maniobras de las fuerzas de Caballería y Artillería de la I Región.

Comandante general de Ceuta

Días después (el 27 de septiembre) fue nombrado comandante general de Ceuta, en cuyo cometido recorrió e inspeccionó el territorio, tomó parte activa en las operaciones de campaña realizadas en el de Ceuta-Tetuán, dirigió varios combates y en diciembre dirigió el difícil repliegue de las tropas españolas desde el Zoco de Arbaá a Ben-Karrik, pasando por Tarranes y Karikera, en el marco del gran repliegue general ordenado por Primo de Rivera. El 2 de noviembre de 1925 fue nombrado ayudante de campo del rey, pero quedó en comisión a las órdenes del alto comisario del Protectorado de España en Marruecos y general en jefe del Ejército de Operaciones en África.

Regreso definitivo a la península

Menos de un mes después, el 26 de noviembre de 1925, cesó en su comisión y se incorporó a su destino como ayudante de campo del rey. El 3 de febrero de 1926 se le concedió la Gran Cruz de María Cristina "en atención a los señalados servicios prestados y méritos contraídos en operaciones activas de campaña en nuestra Zona de Protectorado en Marruecos, en el lapso de tiempo comprendido entre 1 de agosto de 1924 y 1 de octubre de 1925, a propuesta del Ministerio de la Guerra, de acuerdo con el Consejo de Ministros y en vista del favorable informe emitido por el Consejo Supremo de Guerra y Marina".

El 31 de agosto de 1926 y tras sólo dos años como general de División, ascendió a teniente general (con 63 años) en la vacante producida por la muerte del general Zabalza Iturriria, asumiendo el 8 de septiembre el cargo de capitán general de la VI Región (Burgos). El 29 de abril de 1927 fue nombrado capitán general de la I Región (Madrid), puesto que ocupó durante tres años hasta que el 27 de marzo de 1930, dos meses después de la dimisión de Primo de Rivera y gobernando el almirante Aznar, fue nombrado jefe de la Casa Militar del Rey y comandante general del Real Cuerpo de Guardias Alabarderos.

Cuatro meses más tarde, el 24 de julio, pasó a situación de primera reserva por haber cumplido la edad reglamentaria, lo que ponía punto y final a su carrera. Tenía 68 años de edad y 53 de servicio activo. Pero su carrera no llegó a su fin técnicamente hasta que cuatro años después, el 26 de julio de 1934, pasó a situación de segunda reserva por haber cumplido la edad reglamentaria. Acababa de cumplir 72 años, hacía tres que se había instaurado la Segunda República y gobernaba entonces el bienio radical-cedista o de derechas.

Guerra civil y asesinato

El 14 de agosto de 1936, hallándose en su domicilio de la calle Marqués de Riscal de Madrid, fue detenido por milicianos del Frente Popular y llevado a la Dirección General de Seguridad, siendo ingresado seguidamente en la Cárcel Modelo. Durante el asalto de las turbas armadas del 23 de agosto parapetó a un grupo de jóvenes que se encontraban en el patio, alegando que él ya había vivido de sobra. Aprovechando el subsiguiente incendio pudo escaparse en la confusión, pero al llegar a su casa, antes de continuar la fuga, decidió bañarse. Los milicianos lo encontraron allí y lo recluyeron de nuevo. El 7 de noviembre fue llevado a Paracuellos de Jarama en una de las cuatro "sacas" que salieron ese día de la Modelo, siendo asesinado junto a su hijo en las matanzas de Paracuellos. Su hijo, Carlos Navarro Morenés, era teniente de Infantería (capitán a título póstumo), estaba afiliado a Acción Popular (partido integrado en la CEDA), era socio de la Real Gran Peña y dejó viuda y dos huérfanos. Como es habitual en aquel crimen masivo no hubo denuncia de ambas detenciones ilegales, ni investigación, ni sospechosos, sus defunciones no fueron inscritas en el Registro Civil y sus cadáveres no fueron hallados. Hasta 1939 no pudieron sus familiares atreverse a denunciar los hechos. Sus restos reposan en la fosa común donde fueron muertos, la número 2, ubicada dentro del recinto del Cementerio de los Mártires de Paracuellos de Jarama que engloba las siete fosas de aquella matanza. Dos placas en sendas cruces les recuerdan.

Recompensas militares

  • Ascenso por méritos de guerra (a Comandante)
  • Gran Cruz y 3 Cruces de la Orden Militar de María Cristina
  • Gran Cruz y 5 Cruces del Mérito Militar con distintivo Rojo (1 de ellas pensionada)
  • 2 Medallas de Sufrimientos por la Patria (1 de ellas pensionada)
  • 2 Cruces del Mérito Militar con distintivo Blanco
  • Cruz del Mérito Naval con distintivo Blanco
  • Mención Honorífica
  • Medalla de Melilla con el pasador de Atlaten
  • Medalla Militar de Marruecos con el pasador de Larache
  • Medalla de Alfonso XIII
  • Medallas de Plata y de Oro de los Sitios de Zaragoza
  • Medalla del Homenaje de los Ayuntamientos a Sus Majestades.
  • Caballero Cruz, Placa y Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo
  • Caballero, Oficial y Comendador de la Legión de Honor (Francia)
  • Cruz de la Orden Real de la Estrella Negra (Dahomey, entonces colonia francesa y hoy Bénin)
  • Cruz de la Orden de Leopoldo (Bélgica)

Otras facetas de su vida

Deportista

Consumado jinete, formó parte del Jurado de los Concursos Hípicos Internacionales celebrados en Bruselas en 1905 y en Lisboa en 1909.

Escritor

Como era habitual en cierta oficialidad de la época, Navarro fue autor de diversas obras y traducciones de temática militar:

  • "El Raisuni".
  • Traducción de "La guerra en África", del Teniente Coronel del Ejército francés R.-J. Frisch (Talleres del Depósito de la Guerra, Madrid, 1910). Realizó dicha traducción siendo Teniente Coronel y en conjunción con el del mismo empleo de Ingenieros Francisco Echagüe Santoy. Le fueron dadas las gracias de Real Orden por cederla al Depósito de la Guerra.

Títulos y honores

  • Barón de Casa Davalillo, por matrimonio.
  • Gentilhombre de Cámara con ejercicio.
  • Caballero de la Orden Militar de Calatrava.
  • Caballero de la Real Hermandad de Infanzones de Nuestra Señora de la Caridad de la Imperial Villa de Illescas (Toledo).

Descendencia

De su único matrimonio con María Cristina Morenés y García Alessón, Baronesa de Casa Davalillo, tuvo los siguientes hijos:

  • Felipe Navarro y Morenés, Barón de Casa Davalillo, General de División de Infantería, casado con Ana María Figueroa y O'Neill, Marquesa del Norte.
  • Cristina Navarro y Morenés, casada con Emilio López de Letona y Chacón, General de Brigada de Caballería.
  • José Navarro y Morenés, casado con María Inmaculada Peláez y de la Puente.
  • Carlos Navarro y Morenés, Capitán de Infantería, casado con María Josefa Martínez de Avellanosa y Llaguno. Asesinado junto con su padre en Paracuellos del Jarama. Dejó dos huérfanos.

    Bibliografía

    • Hoja de Servicios (Archivo General Militar de Segovia).
    • Gazeta (colección histórica del BOE): http://www.boe.es/aeboe/consultas/bases_datos/gazeta.php
    • "La retirada de Annual y el asedio de Monte Arruit. Escrito en defensa del General Don Felipe Navarro y Ceballos-Escalera, Barón de Casa Davalillo, leído ante el Consejo Superior de guerra y Marina, reunido en Sala de Justicia", de Luis Rodríguez de Viguri y Seoane (Sucesores de Rivadeneyra, Madrid, 1924).
    • "Historia secreta de Annual", de Juan Pando Despierto (Ediciones Temas de Hoy, Madrid, 1999). Página 321.
    • "Annual 1921 (80 años del Desastre)", de Juan Tomás Palma Moreno (Almena Ediciones, Madrid, 2001). Página 26.

    Referencias


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